¿En qué consiste este estudio?

El objeto del estudio fue la realización de un sistema de indicadores sobre la calidad del transporte público del área metropolitana de Montevideo, Canelones y San José. Estos KPI (Key Performance Indicator o indicadores clave de desempeño) representan una forma de avanzar en un diagnóstico de mejora del sistema en cuestión, aportando información de valor para la planificación y gestión del transporte público.

¿Cómo se implementa?

Los indicadores se construyeron a través de la aplicación de la técnica Delphi, que integra diversos procesos sistemáticos basados en la interacción con un grupo de expertos. Es utilizada para la recolección y co-creación de información y métricas a adoptar. Esta metodología implicó la búsqueda de una opinión consensuada de un conjunto de personas expertas a través de diferentes etapas.

Las personas participantes son representativas de cuatro grupos de pertenencia que aportaron visiones complementarias sobre el funcionamiento del sistema, a saber: a) personas funcionarias, b) responsables de operadoras de transporte, c) personas académicas y perfiles de investigación, d) personas provenientes de organizaciones de la sociedad civil.

Las etapas de trabajo implicaron cuatro fases: 1-sondeo inicial a los citados cuatro grupos para la configuración de las dimensiones de relevancia en la percepción de los expertos, 2-entrevistas en profundidad sobre las dimensiones identificadas, 3-realización de talleres de co-creación con las personas stakeholders y, 4- un taller de validación donde se presentaron los KPI finales para cada dimensión, para comprobar el consenso en la aplicación de los indicadores a partir de una votación telemática y anonimizada.

Principales conclusiones

Se observa un sistema de transporte público bien integrado con una buena cobertura geográfica, aunque dispar en algunas zonas, lo que requiere de intervenciones focalizadas para mejorar su desempeño. La integración tarifaria, así como los subsidios focalizados y las bonificaciones por viajes frecuentes exhiben los esfuerzos del sistema por la inclusividad, sin sacrificar sostenibilidad económica.

La característica de “embudo” que tiene la malla de transporte de Montevideo determina una clara centralidad principal y una mayor dispersión de la trama a medida que se aleja del centro. Esto se ve favorecido por el incentivo que encuentran las empresas con el esquema de remuneración por boleto.

Los temas referidos a la variable tiempo y a la comodidad de viaje durante las horas pico requieren una acción prioritaria.

El piso bajo surge como el principal aspecto al hablar de accesibilidad y universalidad: no sólo facilita el ingreso al vehículo de personas con discapacidad física sino también de personas con cochecitos de bebé, de personas con niños, de personas mayores y de las personas usuarias en general. Por esto último, el piso bajo también es valorado por los operadores, que lo ven como una forma de agilizar la carga de personas usuarias y mejorar los tiempos.

No obstante, también se señala que el piso bajo podría alcanzar su mayor potencial si es acompañado por paradas niveladas y que incorporen otros elementos de accesibilidad. Así como el rediseño de las distancias entre paradas podría realizarse si se avanzara con un formato BRT (Bus Rapid Transit) en los corredores principales o, en ausencia del BRT, al menos en las secciones más concurridas.

Con respecto al fomento de la movilidad activa, ciclista y peatonal, la adecuación de las condiciones que ofrece la ciudad para moverse en bicicleta es la que aparece con mayores carencias. La mayoría de las personas encuestadas se centra en la importancia de seguir construyendo espacios donde las bicis puedan circular sin dificultad: zonas de tránsito lento, ciclovías y bicisendas y en que éstas no sean usualmente invadidas.

Por otra parte, los aspectos de género, que tienen la capacidad de mejorar la calidad de vida de las mujeres y del sistema en general, no aparecen presentes ni prioritarios en el sector del transporte. No aparecen mencionados de forma espontánea y en la evaluación se le asigna un valor a mitad de tabla. Esta temática tiene espacio para avanzar, ya sea en la incorporación de políticas de género para incrementar la presencia de las mujeres en el mundo laboral del transporte, para abordar sus necesidades específicas de movilidad que muchas veces no se ajustan al modelo de “commuting” o para generar mecanismos de contención y respuesta frente al acoso en el transporte público.

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